En NAVANOR siempre hemos pensado que las personas son las que aportan el alma a las empresas. Las que les dan su aura y su personalidad. Y, por tanto, al final, las empresas reflejan el carácter de sus trabajadores.

Por este motivo nos sentimos muy orgullosos de nuestro equipo. Rebosa energía, ilusión, profesionalidad, compromiso y dinamismo. Y no es porque lo digamos nosotros, son nuestros clientes los que nos felicitan y sus ánimos son nuestro alimento para seguir en esta línea. ¡¡Muchas gracias a todos!!

También quiero hacer referencia en este post a nuestros chóferes. La profesión de chófer es muy dura, exigente y también ingrata.

En demasiadas ocasiones, tras largas jornadas de conducción, con mala climatología, atascos y tensiones llegan a los puntos de carga y descarga y son ninguneados y tratados sin educación por el personal de expedición de las empresas. Son situaciones que generan altas dosis de frustración y desmotivación para ellos.

Si tenemos en cuenta las estancias fuera del hogar, en el caso de internacional quince días, la intensidad de su trabajo y la remuneración que reciben por su esfuerzo, entenderíamos mucho mejor la escasez de profesionales.

En NAVANOR somos conscientes de todo este esfuerzo y tratamos de poner nuestro granito de arena en hacerles la vida más fácil y contribuir a acompañarles en su día a día. Y lo que más nos refuerza en nuestra teoría es que algunos de los chóferes que se han ido, han vuelto porque echaban de menos nuestra alegría, nuestra compañía y nuestra forma de hacer. Por todo ello, nos sentimos muy orgullosos y seguiremos así.